http://www.roveriberico.com/
https://sites.google.com/site/gruposcoutbaracea/home

miércoles, 25 de febrero de 2015

Cartas para alegrar el dia :)

    Uno de mis favores está consistiendo en escribir cartas. ¿Escribir cartas es un favor en realidad? Bueno, todo puede serlo si le haces bien a alguien, ¿no creéis?. Y, en este caso, somos varios los que salimos ganando, yo entre ellos.

    Llevaba tiempo con la idea de la Cadena de Favores en mente, y pretendía hacerle un favor a una amiga. Le expliqué a ella de qué se trataba y le gustó la idea, sin embargo me dijo que había algo en lo que podía ayudar mucho más: escribiendo cartas a un amigo suyo. 

    Dicho así suena raro, pero sabiendo todos cómo está la situación con la crisis y teniendo en cuenta que su amigo, al parecer, no está viviendo la mejor situación, que digamos, al final optamos ambas por cambiar el favor sin dudarlo.

    Su amigo está pasándolo mal, se aburre, y las cartas son, según me explicó mi amiga, una grandísima distracción. No sólo es por la ilusión de recibirlas, sino también por el tiempo que dedicas a leerlas, a contestar a quien te escribe. Al final ese tiempo te sirve de desahogo y evasión, y no estás pensando siempre en tus problemas. 
  
    Con este favor sale ganando él, por supuesto, pero ¿y mi amiga?, ¿por qué iba a seguir ella la cadena? Pues bien, yo le ofrecí un favor y este es el que ella eligió. No es un favor para ella, sino para un tercero. ¿Cómo ser feliz cuando el que está a nuestro lado sufre? Así pues, ella también sale ganando, y yo también, porque esto me ha abierto los ojos y he aprendido que si alguien nos ofrece algo, no tenemos por qué quedárnoslo sólo para nosotros; compartir es vivir, y como dijo Shakespeare: "Si quieres ser feliz, haz feliz a alguien, si quieres recibir, da un poco de ti, rodéate de buenas personas y sé una de ellas. Recuerda, a veces de quien menos esperas es quien te hará vivir buenas experiencias" 

Helena, Pamplona.

martes, 3 de febrero de 2015

Una sorpresa deliciosa

El otro día una amiga mía de clase me preguntó si le podía ayudar a organizar una merienda para las chicas y chicos de su iglesia. No dudé ni un segundo en aceptar su propuesta y nos pusimos a organizar el, en principio, pequeño evento. Empecé a sospechar que no sería una merienda al uso cuando compramos los materiales necesarios para hacer unos garrotes de chocolate. Mis sospechas se vieron despejadas más tarde, porque resultó que no iba a ser sólo una merienda, sino  una clase de cocina en la que teníamos que explicarles a 15 personas cómo elaborar esta receta tan deliciosa.
 El tiempo se nos pasó súper rápido, y pudimos preparar muchos garrotes de chocolate, ya que todo el mundo estuvo colaborando de una manera u otra. Para las ocho de la tarde ya estaban en la bandeja calentitos, aunque poco después todos habían desaparecido.
 Mi amiga, al igual que todos sus amigos y amigas de la iglesia, está muy agradecida, y también yo les estoy muy agradecida por haberme dado la oportunidad de conocerles y haberme hecho pasar una tarde tan agradable. 

Aida, Pamplona.